Querida familia lasallista:
«Hoy les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor» (Lc 2, 11). Estas palabras, que escucharon los pastores en la noche de Belén, resuenan también hoy en nuestro corazón, llamándonos a abrirnos al misterio de la Navidad con gratitud y esperanza.
En este tiempo de gracia, el Niño Dios nos invita a mirar más allá, a dirigir nuestra mirada hacia las periferias donde su luz aún necesita brillar. El lema que nos ha acompañado este año, «ADN Lasallista: ¿y tú, hacia dónde miras?», nos interpela a cuestionarnos y responder con valentía: ¿Dónde encontramos al Salvador hoy? ¿Dónde podemos ser signo de su amor y su cercanía?
Que, al igual que los pastores, vivamos esta Navidad con un corazón abierto, sencillo y dispuesto a recibir el mensaje de alegría que transforma nuestras vidas. Que su luz nos inspire a llevar esperanza a las periferias, a estar cerca de quienes sufren el abandono, la soledad y el dolor. Como lasallistas, estamos llamados a ser Signum Fidei, testigos vivos de la fe en cada gesto, palabra y acción, haciendo de nuestra vida un anuncio de la presencia de Dios entre nosotros.
Agradezco a cada hermano, educador, estudiante y colaborador de nuestras obras por su entrega constante y generosa. Que esta Navidad nos renueve y nos anime a mirar con amor y compromiso a quienes caminan con nosotros, especialmente a los más vulnerables. ¡Que el Niño Dios nazca en nuestros corazones y en nuestras comunidades! Les deseo una Feliz Navidad y un Año Nuevo lleno de bendiciones, esperanza y paz.
H. Jorge Antonio Aguilar Reyna, Visitador