Identidad

Somos una comunidad lasallista que cree firmemente:
Que los niños y los jóvenes son un llamado a la esperanza y al compromiso.
Que en el rostro de los empobrecidos y vulnerables nos encontramos con el poder salvador de Dios.
En el poder inspirador y mediador del educador.
Que la comunidad educativa es componente medular en la construcción de la persona y la transmisión de los valores.
Que nuestra asociación lasallista es un don de Dios al mundo y un medio extraordinario para continuar el legado recibido de nuestra herencia viva tricentenaria.
Que la educación hace posible la búsqueda y transmisión de la verdad.
Que la educación es un recurso fundamental, poderoso y eficiente para el cuidado de la tierra y la defensa del hábitat donde la vida pueda florecer y sostenerse.
En la capacidad transformadora de la educación.
Que la educación lasallista es una expresión del humanismo cristiano.
En la fuerza evangelizadora de la escuela.
Que las realidades actuales demandan asumir riesgos y ser creativos.
Que otro mundo es posible y que la educación es una fuerza fundamental para construirlo.

Misión

Brindamos una educación humana y cristiana de calidad, arraigada en los valores de fe, fraternidad y servicio que forma ciudadanos responsables, éticos y comprometidos con la construcción de un mundo más justo y solidario, inspirados en el Evangelio. 

Visión

Al 2029 seremos una comunidad educativa que preserva la misión encomendada a San Juan Bautista de la Salle de ser respuesta innovadora, líder, vibrante y transformadora, promoviendo la formación integral de las personas, inspirada por la espiritualidad lasallista y comprometida con la justicia social, ciudadanía crítica y ecología integral. 

FUNDAMENTOS DE LA PROPUESTA PEDAGÓGICA LASALLISTA

Se fundamenta en una Pedagogía de la Fraternidad…
Afectuosa: Centrada en la importancia de establecer relaciones afectuosas y cercanas entre los miembros de la comunidad educativa. Desde el rol irremplazable del maestro, cultivando un ambiente de confianza y apoyo mutuo, «tocar los corazones» de los niños y jóvenes.
Cortés: Promueve la cortesía y el buen trato interpersonal, fundamentales para la convivencia social y la construcción de relaciones fraternas, cultivando valores como el respeto, la amabilidad y la consideración hacia los demás.
Ambiciosa: Establece altas expectativas para estudiantes y maestros maximizando las oportunidades para el desarrollo integral, la promoción y crecimiento personal.
Solidaria: Basada en el principio de solidaridad y servicio hacia los demás, especialmente a los más pobres, guiados por el Evangelio y el sentido de fraternidad, fortaleciendo los lazos humanos y promoviendo un sentido de pertenencia y comunidad.
Universal: Promueve la cohesión, la calidad del discernimiento colectivo, la estabilidad en un proyecto común y la disponibilidad, fomentando la convivencia armónica y el trabajo en equipo, así como abrirse a la diversidad y a lo universal entre los miembros de la comunidad educativa.
Educa en y para la vida
Con una práctica educativa integral e integradora, centrada en la persona humana, una teoría y práctica, dando unidad y sentido, para preparar a los individuos hacia una vida plena, reconociendo sus necesidades individuales y fundamentándose en principios educativos como la exigencia y la flexibilidad, además de la importancia de la educación para la construcción de una sociedad justa y equitativa. Arraigada en el Evangelio en la promoción de la dignidad humana, con una dimensión social de la educación irrenunciable. Es cristiana porque promueve valores espirituales y la relación del ser humano con lo divino. Busca la eficacia y eficiencia en todos los aspectos educativos, con un trabajo concertado en todas las relaciones educativas para mejorar continuamente los procesos y resultados de aprendizaje. Se orienta hacia la formación integral de los individuos, preparándolos para una vida comprometida con la fraternidad, la justicia y el bienestar común.

EJES ARTICULADORES
La proclamación del Reino en entornos educativos
implica para las comunidades lasallistas establecer una completa coherencia entre conocimientos, valores, actitudes y comportamientos con la fe, con el fin de lograr una integración personal entre la vida y la fe de todos los miembros de la comunidad, entendiendo que el objetivo de la evangelización es construir un mundo más humano y fraternal.
Este proceso de evangelización conlleva al reconocimiento y valoración de las manifestaciones culturales, así como el diálogo entre el evangelio y las culturas, y el desarrollo de procesos pedagógicos y trayectorias de fe. Además, implica el diálogo entre los campos del conocimiento y su análisis crítico a la luz del evangelio.
La ética del cuidado común y la ecología integral son promovidas para establecer un acuerdo ético, social, político y ambiental en pro de la institucionalidad, reconociendo la sacralidad de la vida de todos los seres vivos. Este compromiso nos impulsa a promover una cultura de cuidado, una conversión ecológica y la justicia ecológica y climática.
La práctica docente reflexiva y pertinente se basa en una relación pedagógica de calidad entre profesor y estudiantes, donde el docente es visto como ministro, profesional del conocimiento y agente de transformación. Esta práctica lleva a aprendizajes significativos para la vida de todos los involucrados y al ejercicio permanente de reflexión y respuesta educativa a diversas realidades.
La transformación del entorno social parte del reconocimiento de la persona como agente transformador de su contexto y su responsabilidad ética y moral. En la escuela lasallista, esto implica la promoción de la dignidad de la persona, la creación de territorios socialmente constituidos, la generación de proyectos de desarrollo sostenible y la promoción de la solidaridad y la cooperación.

Los valores lasallistas: una brújula para la vida

Los valores lasallistas son cinco pilares fundamentales que configuran la identidad de la institución y guían la formación integral de sus estudiantes, así como el proceder de todas las personas que colaboran en nuestras obras educativas. Estos valores son: Fe, Fraternidad, Justicia, Compromiso y Servicio. Nuestros valores no solo son principios educativos, sino
también una forma de vida que inspira a las personas a ser mejores y construir un mundo más humano y solidario siendo agentes de cambio positivo en la sociedad.
La Fe, en cuanto don, se presenta como una luz que orienta el camino hacia Dios, inspirando una vida con valores y ética. Se busca cultivar una mirada de fe que impregne cada acción y reconozca la presencia de Dios en todo lo creado. La Fe se nutre a través de la oración, la reflexión y la participación en la comunidad.
La Fraternidad se define como un compromiso con la construcción de relaciones de respeto, empatía y colaboración, para crear una comunidad unida y solidaria. Se promueve el trato
misericordioso, la ayuda mutua y la construcción de relaciones fraternas en todos los ámbitos de la vida. La Fraternidad se expresa en la construcción de una comunidad donde todos se sientan acogidos, valorados y respetados.
La Justicia se convierte en un llamado a luchar por un mundo más justo y equitativo, donde se dé a cada uno lo que necesita para alcanzar su pleno desarrollo. Se busca formar personas conscientes de las injusticias sociales y comprometidas con la construcción de una sociedad más justa y fraterna. La Justicia se vive en la búsqueda de soluciones a los problemas sociales, la promoción de la paz, la ecología y la igualdad entre las personas.
El Compromiso se configura como la responsabilidad de actuar con diligencia y seriedad, cumpliendo con la palabra empeñada y respondiendo a las necesidades del entorno. Se busca formar personas responsables, honestas y comprometidas con el bien común. El Compromiso se manifiesta en la entrega generosa de los talentos y capacidades al servicio de los demás, buscando la perfección y la actualización constante para responder a las necesidades del presente.
El Servicio se presenta como una entrega generosa de los talentos y capacidades al servicio de los demás, buscando la perfección y la actualización constante para responder a las necesidades del presente con fidelidad creativa. Se promueve una actitud de servicio desinteresado y una búsqueda constante del bien común. El Servicio se vive en la defensa de la vida, la dignidad de la persona y la búsqueda de soluciones realistas a los problemas.